Michael Osborne

Profesor de Aprendizaje de Adultos y Permanente en la Universidad de Glasgow

Michael Osborne es profesor de Aprendizaje de Adultos y Permanente en la Universidad de Glasgow y codirector del Clúster de Investigación en Justicia Social, Lugar y Aprendizaje Permanente. Es director del Centro de Investigación y Desarrollo de Aprendizaje de Adultos y Permanente dentro de la Facultad de Educación y codirector del Observatorio PASCAL sobre Gestión del Lugar, Capital Social y Aprendizaje Permanente.

Las 3 cosas que he aprendido

Flexibilidad, tecnología y lugar son claves de la reflexión futura del AP. Estos 3 aspectos son los que yo he destacado.

Tema:

¿Conseguirán los MOOC satisfacer las aspiraciones no alcanzadas de los protagonistas del aprendizaje permanente?

Un discurso dominante dentro del aprendizaje permanente es el de la flexibilidad de la provisión, en el sentido de satisfacer las necesidades de los estudiantes en momentos y lugares que ellos mismos (o sus empleadores) pueden elegir. Hemos creído que la disponibilidad de oportunidades de aprendizaje abiertas y a distancia, que utilizan tecnología de la información y la comunicación (TIC), era especialmente importante para conseguir esa flexibilidad. El uso creciente de las TIC en la enseñanza y el aprendizaje ha provocado el desmoronamiento de ideas asumidas durante mucho tiempo sobre la relación entre tiempo, lugar y aprendizaje. Las TIC implican no sólo que los aprendices no deben acudir a un lugar concreto; tampoco tienen que aprender en momentos concretos ni de instituciones concretas. Hemos visto una multiplicidad de formas de acceder al conocimiento que no se podían imaginar hace una década y que se manifiestan especialmente en los cursos masivos abiertos y en línea (MOOC Massive Open Online Courses). ¿Representarán los MOOC un salto cualitativo para el AP o son una estrategia de mercado en el competitivo mundo de la educación superior internacional?

¿Aportará el aprendizaje permanente beneficios económicos a las generaciones futuras?

Los beneficios asociados a la empleabilidad, tanto si ésta implica conseguir un trabajo como una promoción, se consideran los principales estímulos para la participación en el aprendizaje permanente. Se ha establecido una fuerte asociación entre beneficios económicos particulares y nivel de cualificación, aunque el aplazamiento de la inversión reduce el retorno. Por ejemplo, quizás no tiene sentido económicamente que, más allá de cierta edad, una persona empiece estudios a dedicación completa para conseguir un título, sino más bien que busque una cualificación vocacional a tiempo parcial. Por otra parte, los bancos nos dicen que el comportamiento de la inversión en el pasado no puede emplearse como una predicción para el futuro. ¿Sucede lo mismo con el AP? ¿Podemos asumir que en el futuro el AP aportará los mismos tipos de beneficios que en el pasado? En tal caso, el empleo y la empleabilidad quizás sean sólo uno de numerosos argumentos a favor del AP. A lo mejor debemos conceder mayor atención, en nuestro discurso, a otros beneficios tangibles (y no tan tangibles) relacionados con la salud, el bienestar o el medio ambiente.

¿Las ciudades de Europa están quedando rezagadas con respecto a las de Asia como lugares de aprendizaje permanente?

La ciudad/región de aprendizaje suele referirse al fomento de la colaboración entre los sectores cívico, privado, voluntario y educativo en el proceso de alcanzar unos objetivos comunes. Muchas veces esto está relacionado con los objetivos gemelos del desarrollo económico sostenible y de la inclusión social. Dentro de las ciudades y regiones, hay muchos agentes —y no sólo las instituciones educativas— que contribuyen a promover el aprendizaje permanente. En Europa se ha hecho mucho hincapié en el concepto de ciudades de aprendizaje y la UNESCO presentará en breve, en Pequín, su Plataforma Internacional de Ciudades de Aprendizaje. Sin embargo, ¿está Europa quedando rezagada con respecto a economías asiáticas como Corea y China, en cuanto a la prioridad del aprendizaje y el lugar, y al no reconocer la importancia de una visión integral del AP a nivel local y regional? En un momento en que se reconoce ampliamente que una fuerte infraestructura de soporte del AP es clave para atraer la inversión, ¿cuántas ciudades de Europa ponen énfasis en ese aspecto de su atractividad?

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¿Conseguirán los MOOC satisfacer las aspiraciones no alcanzadas de los protagonistas del aprendizaje permanente?

¿Aportará el aprendizaje permanente beneficios económicos a las generaciones futuras?

¿Las ciudades de Europa están quedando rezagadas con respecto a las de Asia como lugares de aprendizaje permanente?