Profesor emérito, Universidad de Cambridge.
Director del Leadership for Learning: the Cambridge Network y director de proyectos del Centre for Commonwealth Education.
Las 3 cosas que he aprendido
Aprender a aprender en un mundo cambiante
La retórica dominante de los “resultados” sugiere un punto final del aprendizaje al finalizar la etapa escolar, pero los retos del auténtico aprendizaje a menudo sólo hacen que comenzar en este momento. Tenemos por delante, por lo tanto, una gran tarea de desaprender por hacer. La capacidad de aprender de manera autónoma y duradera, y de mantener una constante actitud curiosa y escéptica requerirá cada vez más la habilidad de construir puentes entre el aprendizaje en la escuela y fuera de la escuela, más allá de los límites del aula. Y ello significa capacitar a los jóvenes para una sociedad en la que el trabajo está asumiendo nuevas e impredecibles formas, cada vez más dependientes del trabajo en equipo, de la iniciativa y del espíritu de grupo.
Volar por debajo del radar político
La enseñanza es una actividad subversiva en diversos aspectos: como crítica intelectual y emocional de ideas inertes, resistencia al dictado de las autoridades o firme defensa de lo que es correcto y en interés de los jóvenes; como proceso en el que aprendemos a medir lo que valoramos en lugar de valorar lo que podemos medir fácilmente. Todo ello implica la voluntad y la capacidad de identificar y compartir los criterios para construir ambientes de alta calidad que favorezcan el aprendizaje escolar, profesional y organizacional en un mundo inmerso en un proceso de cambio constante.
Los buenos líderes son aprendices activos y ejemplares
Solemos definir el liderazgo en términos de individuos que han llegado a la cúspide de las organizaciones, de figuras heroicas que han alcanzado un estatus y que se han aferrado a él. En un clima de cambio constante, el primer imperativo es no sólo ser un buen estudiante, sino llegar a ser alguien que se cuestiona constantemente para aprender de los demás: de los profesores, de los niños, de los padres… Esto implica la voluntad de explorar las oportunidades de aprendizaje más allá de la escuela, en la comunidad y en el mundo virtual, y de aprender de los jóvenes, que a menudo pueden ser más hábiles que sus propios profesores o jefes.
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