Celebramos 10 años de Debates de Educación dando voz a la comunidad educativa.
La investigación ha demostrado con creces la importancia capital de la familia, de su capital socioeconómico y cultural, así como las estrategias educativas que despliega, en los resultados académicos del alumnado. Últimamente, se ha puesto el énfasis en la influencia determinante de los estilos parentales y en la necesidad de formar o acompañar a las familias en la tarea de educar.
La opinión pública y la institución escolar tienden a acusar a los padres de no interesarse por las cuestiones escolares, de abdicar de sus responsabilidades educativas. En cambio, las familias parecen más preocupadas que nunca por la escolarización de sus hijos, por los resultados académicos, por la calidad de la enseñanza que reciben, por el prestigio de los centros en los que se educan, etc. Las estrategias familiares para garantizar la calidad de la enseñanza son, principalmente individuales. A pesar la extensión del modelo de asociaciones de padres y madres, pieza clave de la calidad educativa, las familias organizadas no logran hacer oír su voz como un actor central en el debate educativo. Observamos, no obstante, que en muchos países de nuestro entorno, y de forma creciente en el nuestro, las familias han empezado a reclamar una mayor presencia en la definición de las políticas y en la vida de los centros. Sobre la mesa hay el redefinir la participación de las familias en una institución que se pensó para dejarlas en la puerta.