Celebramos 10 años de Debates de Educación dando voz a la comunidad educativa.
Soy maestro y director de la escuela Bellaterra. Soy miembro de la Asociación de maestros Rosa Sensat y de la FMRP de Cataluña. También formo parte del Consejo Escolar de Cataluña. Además, soy escritor. Y padre de tres hijos y abuelo de dos nietos.
Se dice, pero es una verdad a medias, que los maestros debemos partir de los intereses de los niños y de las niñas para poder interesarles por el aprendizaje. Esta creencia, si fuese completamente cierta, sería muy fácil de aplicar en la práctica. La responsabilidad del docente consiste sobre todo en motivar al alumno en lo que creemos que debe aprender para poder vivir en el presente y proyectar este aprendizaje hacia el futuro, sin olvidarnos de sus intereses inmediatos. La capacidad del maestro para desvelar el compromiso del alumno con el proceso de aprendizaje es el primer elemento que debemos tener presente.
Es necesario, por tanto, que el maestro se sienta un aprendiz que aprende con sus alumnos.
Aunque es verdad que nadie puede aprender por otro, también es cierto que aprendemos en contextos sociales. Cuanto más abierto a la sorpresa del conocimiento esté un grupo humano, cuanto más consciente sea de que para aprender necesita el apoyo y la colaboración del grupo con el que convive, más comprometido estará a nivel individual. En consecuencia, el maestro debe ser capaz de potenciar todo aquello que permita que los alumnos interactúen, contrasten, pongan en común las certezas y las dudas, discutan, argumenten, etc. todo lo que creemos que debe ser materia de aprendizaje en un centro educativo.
Nada es tan motivador ni aumenta más el compromiso personal y colectivo con el aprendizaje que encontrar sentido a lo que proponemos hacer. A menudo este sentido nos espera fuera de las paredes del aula, incluso de la misma escuela. El maestro debe saber buscar y encontrar espacios y momentos donde los alumnos puedan explicar a sus iguales o a otros públicos lo que aprenden. Trabajar por proyectos, impulsar actividades cooperativas, organizaciones de interciclos, de interniveles, de redes de escuelas u otras instituciones ayudan a elevar el nivel del interés que debemos manifestar por aprender.